Poeta del Silencio

LA PROMESA DE UN VELERO

En las entrañas del agua,

en los mares adversos,

arribando a los muelles,

yace el velero apasionado y enamorado,

ancla el navío como lo hacen los barcos,

suspira, alumbra su vista y recuerda

que en los puertos del alba la ha soñado.

 

La vela resbala y se abren los pliegos,

el manto aventado por el viento

anuncia la espera de larga travesía.

 

Yacen inmóviles sus mejillas,

unas lágrimas mojan el adiós

de una bella enamorada  

que en su andaje conoció,

un abrazo envuelto en palabras

dejando promesas, de un regreso entre sorpresas.

 

Bastó un par de días

para hablarle de amor,

ha escrito su nombre en un pañuelo,

bañándolo en su perfume lo ha regalado,

en el trinar de las aves

y el zumbido del mar;

inspirado como un poeta enamorado,

ha declamado dulzura a sus ojos,

parece que su mirada la hubiera hechizado.

 

En el instante de partir

divide en dos piezas el dije de corazón

 a su regreso unirá la mitad,

la mitad de su corazón a su bella amada,

consumará en amor eterno

la semilla que en instantes sembró.

 

Adentrado en los mares

retumban las olas en fuerte tormenta,

recuerda a su amada en el timón del velero,

no debe morir si quiere vivir para amarla