Raúl Daniel

Deja...

Deja...

 

Deja que traspase tu puerta invisible,

que penetre tus ojos con mi mirada libre,

que mi voz acune tu alma de niña

y regalen mis manos sus suaves caricias...

 

Deja que nos venzan las horas de la noche,

y negándonos el sueño, gocemos del ensueño,

renuncia al descanso, justo, de tu cuerpo

y hagamos de la vida y el amor, derroches...

 

Que mis besos atajes en el arco de tu boca

y mi pasión contestes encendiéndote toda,

deja que un momento le ganemos al miedo...

y yo sepa que me amas y tú sepas que te quiero.