ELLA ERA JOVEN, BELLA Y ELEGANTE
Ella era joven, bella, elegante y sabía varios idiomas. Era la candidata perfecta para trabajar en la aerolínea y así recorrió países, conoció culturas diferentes, probó de todo y allí se quedó. El gusto por la cocaína cada vez se hacía más fuerte y por tenerla fue perdiendo todo. Primero perdió el trabajo, luego perdió la dignidad, porque su cuerpo entregaba a cambio de más. Fue perdiendo la belleza, la juventud, la familia y la cordura… terminó en un Centro de rehabilitación y aparte de su adicción desarrolló esquizofrenia paranoide y allí vivió hasta los últimos días de los cuales nadie sabe nada. Recuerdo que no podía compartir con nadie, alegaba que la querían matar, dormía en un rincón aparte de las otras mujeres que estaban en rehabilitación. Ya no tenía dientes y su familia nunca la visitó, aunque aportaban dinero para su tratamiento. Hablaba incoherencias y hablaba sola sin parar, por largos días llenaba hojas enteras expresando un mar revuelto de su vida con frases profundas y otras incoherentes. Todas las mañanas recogía sus cosas, las guardaba en la maleta y salía de la casa a una silla que había en ese lugar. No siempre desvariaba, ni evadía a las personas; cuando abría su corazón con lágrimas en los ojos hablaba de su pasado, en él se quedó y no podía salir porque supo que teniendo tanto todo se esfumó, ya no puede consumir, su nariz se deformó por tanto inhalar y su salud quebrantada la hace de caminar lento y frágil. En medio de su soledad y duelo eterno, encontró lo único que la hacía libre, así retrocediera al pasado, eso era escribiendo… porque allí soñaba y liberaba sus temores, sus enojos, sus absurdos… ella aprendió a encontrar la pequeña felicidad así, cuando no tenía más que dar.
Lina María Palacio Pérez