Juan Senda

:::NADIE:::

NADIE 

 

Nadie ha venido a ver dónde moran mis tormentos

y dónde, el profundo suspiro de mi dolor.

Sólo tú, dulce armonía mía, sólo tú has venido.


Nadie puso bandera en la cumbre de mi boca

ni en la gris cabaña de mi triste agonía.

Sólo tú, orilla de la selva, sólo tú lo has querido.

 

Nadie en el mundo quiso besar mis quebrantos

ni enternecer mi solitario y débil rostro.

Sólo tú, perla divina, sólo tú lo has besado.

 

Nadie puso el empeño de mirarme

ni de postrar sus ojos encima de los míos.

Sólo tú, crepúsculo mío, sólo tú me has mirado.

 

Nadie, ni de mi presente ni de mi pasado,

ha escrito un verso en mis labios.

Sólo tú, amapola mía, sólo tú lo has logrado.

 

Nadie tan hermosa como tú me ha hechizado

del crepuscular amor, sólo tú, “Dulcinea” mía,

sólo tú me has embriagado.

 

Nadie en la tierra me ha hecho tan feliz

como el verso de tus labios.

Y nadie, pero nadie

ha visto tan celeste amor

como yo lo vi en tus ojos mansos.