Murialdo Chicaiza

PRESAGIO

  

Nunca más regresaré al mar

y el mar sé que me espera

bullendo entre los acantilados

azul y triste, esperando.

 

Sé que no miraré ya más

con mis ojos llenos de asombro

aquellas lágrimas azules y distantes

no veré veleros al atardecer

ni gaviotas desesperadas.

 

Es la paz y su cuerpo horizontal

que siempre necesité, aturdido

entre mis dolores y nostalgias.

No esperes más, que descanse tu vientre

que está preñado de menos vida

a tu patria de sal la doy por perdida

ya jamás mis brazos se agitarán

evitando que me tragues

no lucharé contra ti, ángel caído,

ni regresaré a la playa casi muerto.

 

Nunca más sentiré tu energía

que me lleva a los orígenes de la vida

ni oiré ya más tu rumor de lamentos enlutados.