No sabes lo que cuesta llegar a tí.
Ver tu rostro entre las caras y no pronunciar palabra.
Estar inmóvil pero consciente que no llegarás a mí,
ni aun si grito tu nombre o aunque me halle desesperada.
No sabes lo que he vivido hasta ayer. ¡Sí!, soy feliz.
Sólo entre amigos y familiares, y porque Dios me ha sujetado.
¿Pero qué hay del amor que he esperado?
el amor terrenal que a muchos les fue otorgado.
Por eso ya hoy no me siento igual,
siento el vacío de algo que me hace mal.
No sabes lo que cuesta mantenerme en el lugar
donde me dejaste antes de huir.
¡Qué tonta fui al creer que era real!
Fue un camuflaje tridimensional.
Yo no te tenía, eso nunca pasaría
porque a mí los sueños no se me hacen realidad.
Esto es pura maldad.
No sabes lo que cuesta verte y no tenerte,
al igual que cuesta tanto abrazarte en mi mente solamente.
¡Qué miedo que me da no reconocerte! Eres difícil de descifrar.
Tiemblo al pensar que es imposible poder en ti aterrizar,
luego contigo alzar el vuelo y sonreír de nuevo,
porque hallé consuelo en tu mirar.