Esteban Mario Couceyro

El ascensor

El ascensor, como un ser desesperado

recorre su hueco

el mundo que conoce

espiando en cada agujero

buscando en la angustiosa

ausencia de cada nivel.

 

El zumbido rumoroso de su paso

en armonía con el silencio

se pauta con los chasquidos de los relés.

 

Por fin, en vertiginoso descuelgue

se dirige al bajo...

un breve silencio

las puertas laten, palpitan

se golpean, en sucesivos cierres.

 

El largo silencio me abruma

nuevamente, el rumor sube

como una inevitable sensación

por mi cuello asciende un dolor que oprime.

 

El ascensor, se detiene en mi nivel

se para

sin su rumor, el silencio se espesa

cargando mis hombros

no resisto más y voy a la puerta

abro y no encuentro a nadie.

 

Regreso a mi lugar

y por detrás

el ascensor zumba aburrido

hacia el último piso.