PETALOS DE NOCHE

Soberano rencor... Diario de una metáfora...

 

 

 

Muchas veces son las ocasiones
de mirarse al espejo;
percibiendo los detalles
que nos alejan de la realidad,
-no hay nada en frente-
el reflejo es una casualidad
de haber soñado la existencia, 
puede estar quebrado...
aparentar estarlo, en pedazos
... puede negociar su textura
impregnarse de filudas expresiones 
sonreír a destiempo,
hacer notar el suspenso,
llover junto al invierno,
pulsar el rencor de su melancolía,
clavar sus ojos a la simple monotonía,
clavar el mensaje de su boca al silencio,
dejar marchitar el oído en llamados ausentes,
quizás era la ayuda ante la fisura de su alma,
quizás era el llamado ante su flojera anímica,
quizás era la palabra soberana ante su dolor de angustia, 

quizás era el reflejo, ese que perdió en su retina,
la ilusión de la luz sobre el estado catatónico de las emociones,
\"que frágil es la luna en mi universo,
a cada latido muere un astro,
y en la oscuridad plena
mi luna mañana se dormirá,
durmiéndose las emociones que no tengo\" 

Miró por la ventana un proyectil de fuego clavarse en el horizonte
entre el límite de mi piel con el límite de la muerte* 
los relojes permanecen detenidos
junto a mis músculos vencidos
la extremidad de la alegría
amarra su salto de ángel
a la extremidad de la tristeza,
anunciando el tiempo de una caída, 
los relojes se quiebran como el coagulo de la sangre
ante aquella burbuja escarlata que late junto a mi tiempo muerto, 
se quiebra el espejo como también la existencia,
un reloj pende sobre el mentón del vacío,
la verticalidad de la garganta
estremece la inflexión de un ciclo, 
mis huesos en ruinas,
las extremidades de este cadáver
oscilan la sensación de estar vivo
siendo aparentemente una marioneta
de la homogeneidad de la rutina,

bailo junto a las calles vacías,
me expando junto a las explosiones emocionales de la naturaleza,
canto ciegamente los coros del amanecer encerrado entre las sombras,
divago entre la costumbre de seguir el mismo camino
evadiendo ciertas caídas filudas
que mañana estaré digiriendo
sintiendo ese sabor agridulce
envenenar toda la acústica desastrosa
que despierto mientras duermo,
cautivándome por las mariposas,
resistiendo ante la magia de los colores
me estaré zurciendo cada lágrima
en el valor puntiagudo de los sueños que fueron recuerdos,
siendo ante-pasado de mi propia carne maldita ...,

soñaré contigo cuando me esté cayendo,
soñaré encontrándote cuando toque el suelo de mi abismo,
allí en esa oscuridad condensada con mis fracasos,
quizás me despediré con un sol moribundo
inventando a cada momento las cenizas
que serán vestigios ilusorios 
de un gigante de helio
en el dibujo que aún no te inventó,
y no lo invento, sino que lo creo en la creencia 
de llenar el vacío con tus expresiones que aún no conozco,  

es contradictorio que llene el vacío con alguien que aún no conozca,
pero es mi manera de traspasar el espejo,

las calles están como siempre, tiradas al espacio de concreto,
quizás grises con envoltorios de vidas enfrascadas
como condición de huellas maquinadas por el tiempo,

y yo esté dentro de un habitáculo,
alejado de todas las luciérnagas
condimentando mi soledad
con la fricción de pedazos
mecanizados en la mixtura
de las lágrimas que no puedo vomitar de mis ojos
y que invento a cada pulsar del carboncillo de mis ojeras,

sé que es dañino ingerir siempre la misma droga,
como por ejemplo recordar ciertos sucesos
donde las estrellas cayeron
llenando de agujeros
la fragilidad de la vida,
como esa vez de un día que no he nacido,
donde me encontré con el mar desnudo,
mis raíces rojas se fundieron en puntiagudos emblemas finales,
y la muerte fue solamente un paso para enterrarme en la arena
y fingir ser un gigante varado en el naufragio de mis penas...,

quizás no me entiendas al leerme,
quizás entiendas más que yo
al corregirme cuando me lanzó a la lluvia de cometas fundiéndose en la sangre
donde torpemente me distraigo al pensarte
y vuelvo,
con un anacrónico mensaje suspensivo de este diario,
quizás ayer era un globo reventado de un niño que fingía sonreír la inocencia,
y cuando sentí mis pedazos en la intimidad de mis rocas
todas ellas se desintegraron hasta convertirse en las lágrimas que no tengo,

somos tan invisibles, como los sentimientos, tendemos a tatuar sensaciones
y cada vez el mensaje tiene forma,
el canal nos trae desgracias como también riquezas,
nos dejamos esparcir en todo lo blanco
y otras veces en todo lo negro,

yo por ejemplo, aquí terminando un diario,
cada día los días parecen ser más volátiles
siempre se vuelan con las estaciones,
desde el crujir de la lluvia
ante las fundiciones del sol en el pecho, 

y no hay momento para evadir a un punto final,
desglosando todo lo que no podemos inventar...,

un sueño vestido de los parches de una felicidad plena,
ayer el luto de una evidencia nostálgica,
me encontré con tu voz en una carta de oído,
me clavé en tu sonrisa, hasta desnudar tu boca,
soñé dentro de tu garganta los fluidos de mi alma,
acabe mirando el universo en los latidos del mañana,
y del ancla de tus besos, me establecí en tu comarca sentimental,
nos escribimos realidades y sueños,
mañana esos sueños serán realidades,
y aquellas realidades serán recuerdos,

quizás me amarraré tus dedos en una de mis manos,
y con la otra mano toque una pieza musical al viento,
y me deje llevar por el sonido de las mariposas
-sin cerrar mis ojos-

HABLO DEL FUTURO.

Sueño a destiempo, mirar la vengativa fortuna de la soberana condena,
acondicionar el lamento del soberano rencor,
derribar estas calles vacías,
hasta encontrar esa pequeña huella, un punto en mi verbo,
y expandirlo hasta crear nuevos inventos, 
te llamarás cielo, te llamarás mar, te llamarás viento,
y creceremos hasta ayer tocar un sueño, hoy tocar la vida,
y... mañana tocar la muerte,
todo regresamos hasta nuestra condición de ser estrella,
hasta que seamos fugaces,
y alguien en otra dimensión nos haga realidad en su cuento,
y seamos un deseo
que cuando una lágrima de creación
nazca en sus realidades 
nos abra de nuevo los ojos,

sé que dolerá la realidad, lo sé,
pero una realidad que no duela
es una realidad falsa,

... necesitamos construir de las ruinas
ese cielo virgen que aún nace ciego en los ojos
que muere marchitándose en un cuento sin final...