María

Madrugadas

Plena en la noche no podría pretender más. Recuerdo mi juventud, esos tiempos en los que uno vivencia sensaciones de apogeo y esplendor. Ahora me basta con estas madrugadas creativas y estimulantes, en las que el lápiz no se separa de mi cuaderno. Porque escribo y sueño. Porque lo pienso y vuelo. Y aterrizo en mis renglones sobrepasados de secretos.