alcides rojas

No diré nada

Confluyen las sentencias

Trato de levantarme

pero no tengo fuerzas

Intento renacer

pero no fui concebido para lograr mis propósitos

 

La misma reseña

una nota que predice lo que a todos nos espera

 

Es una condolencia de papel

            pasan un taxi y un borracho

 

Un orate duerme sobre el domingo

de crónicas rojas

 

Fin de semana en el callejón de los asesinos

de los que están tendidos bajo repulsivas moscas

bajo el asedio de sus ocelos

con un esbozo incrédulo

los ojos glaucos

la saliva pastosa y los huesos rotos

de los que no tienen opción

el sempiterno gesto de dolor de los perdidos

 

Generación espontánea del antes y del después

            pasan una anciana y un niño

 

Sólo una estadística

un muerto descalzado

una mujer mancillada

un muchacho que estaba donde no debía estar

            un amasijo de huesos apilados

sólo un transeúnte

que terminó siendo

lo que todos terminamos por ser