Miguel Cruz

La fiesta del cordero y el malbec

 

Aquella madrugada en la que se despidio,

antes de saberlo recien llegado el sol, que se hundio

en un sarcatisco lagrimon.

 

El rey se ah ido

El rey se ah ido

 

En dicho viaje al mas alla dodne sus pecados se olvidaran

a memoria popular y artruista.

 

El rey se ah ido

El rey se ah ido

 

Largas caravanas de perdon y adios

La noche quedo en un silencio rechinchante es

esa accion que de sorpresa muerta quedo.

Llorosos canticos se suman al show, de su

indiscreta despedida, todos los ojos quedaron

viendo su estatica figura permanece ante el

 

desinteresado desfile, ante su figura que prioriza

su acto de presencia, tipica de los conventillos de su

cantico griterio, en la cuales el rey supo ganar

su admiracion, cantandoles la melodia que mas les gustaba

ecuchar.

 

El vacio es monumental, esta la preocupacion por tapar dicho

hueco que la desorientacion reina en muestra d euna incentidumbre

sin respuestas en el corto plazo.

 

El rey se ah ido

El rey se ah ido.

 

El viaje consiguio el que hasta poco antes sonaba absurdo,

el perdon de la morbosa masa que beatificaba como un

faraon del viejo Egipto, en las cuales sus mas fieles creyentes

siguen al pie de la letra las solemnidades de un circo bañado

 

del acartonado molde algun tinto de oscurisima presencia,

adornados por una multiplicacion de de algunos tiburones

en su fondo.

 

El rey se ah ido

El rey se ah ido.

 

Lagrimas de cocodrilo se derraman incansablemente, todos

sea como sea  quieren ser parte del faraonico circo.

Noches oscuras, largas y silenciosas en las cuales su retrato,

decora largas e interminables calles porteñas con toda la

indiferencia de su pesares

 

transitaran \"otros\", monumental y monopolicamente es el tema

que esta latente.

Su sorpresiva ida la cual promete tragarse calles, avenidas y buena

parte de la historia conteporanea.

 

El proceder de ambos bandos es un baile improvisado del cual,

hasta encontrar una forma, los pies hinchados quedaran.

 

El rey se ah ido

El rey se ah ido

 

La reina consorte, mira muy atentamente las instrucciones del

tablero intentando seguir al pie de la letra el riguroso procedimiento.

Por momentos duda muchisimo para que lado mover el caballo en dicha

de distraer al oponente mientras reacomoda su permanente defensa de

 

cortesanos que alos ojos de la desconfianza se apuntan ellos mismos

al fiel encanto desconfiado de las traiciones que estaran ala orden del dia

enbarrandose lo maximo posible la cancha, con el fin de borrarse sus limites.

 

El rey se ah ido

El rey se ah ido

 

Su laureada y dorada corona, abazada con la fuerza de la desconfianza su

consorte, al miedo de una traidora distraccion.

La indiscreta repercucion al respecto de su ida a llegado hasta el marmol

en todas sus expresiones.

 

El rey se ah ido

El rey se ah ido

 

Las velas se alzan en su lagrimon popular, en la cual su omnipresente figura

estara por mucho tiempo presente hasta el hartazgo.