Amadeus

Profesora

Profesora:    

            No sé porque me ilusiono; y, pienso. Creo en ella; y, pienso. Yo, manipuladora de versos; me convencen sus letras. Entonces, sonrió y cuento con la lengua cuanto tiempo falta para verla. Es que, ella, es un eclipse solar. Es brillante; pero oscura. Trae penumbra; y, pienso… amor también. Solo puedo admirarla; observarla. Porque está cerca, pero igualmente lejos. Entonces, siento. Creo que me enamoro y luego, lo niego. Pues, esto es un sentimiento demasiado de turbulento como para permitir que se me derrame en las venas. Entonces, la veo. Se paraliza el mundo y la deseo. Pero, me acuerdo, que solo tengo los ojos cerrados y entre mis parpados solo hay negro. Muero; por dos segundos, quizás tres. Eran tres horas después del medio día cuando me dio la noticia. Ahora, van seis. Miro, mi cuerpo, como desanimado; como si no tuviese vida. Entonces, pienso. Sus palabras me han causado esta agonía… y una falsa sonrisa. Pero, espero, su próxima noticia. Y espero, que sea a la media noche; y, creo que me llevara a su cama. Entonces, siento, que ella me ama.