\"Quisiera que rettrocedieran esas manecillas del reloj, que ahora avanzan ràpidamente por el hipòdromo de la suerte y el azar. Todos allì, tenemos nuestras boletas, esperando el resultado de la carrera, y no nos detenemos a ver, que pronto podremos cruzar la frontera. Esa es en cortos tèrminos, la que nos separa de nuestros recuerdos, de nuestros mejores momentos y la capacidad para reponernos de tantas heridas.
Querìa ser corto, escribir un poema, pero los buenos momentos me embriagan y hacen que sea màs suelta mi conciencia. Poder escuchar los toques de la Lira, ser anacrònico con mis sutilezas, antològico con las visicitudes y crear proemios, que en mi memoria se perpetuan. Deberìa, por aquellos momentos cambiar la rutina, no esperar nada a cambio y dejar que todo por su curso siga. Pero a veces me detengo en la parada ficticia donde el bus nunca llegarà.
Razòn por la cual, deberìa poner un gerundio en el trasegar de mi existencia, màs que un imperativo incumplido y vivir de la fotosìntesis de los rayos de las esperanzas perdidas. Sè que son letras sin sentido las que escribo, pero me tardarè solo un momento para divisar su profundidad. Sè que harè màs en mi vida, de lo que habrìa hecho, si me hubiera negado el privilegio de vivir, de fracasar, de llorar, de reir y de alcanzar las estrellas con la mano.
Ahora sè que lograrè lo imprevisto, solo con una mente despierta, un corazòn dispuesto y un segundo màs, para actuar segùn lo debido.
ODA A MIS TIEMPOS DE ANTAÑO\".