Murialdo Chicaiza

OCASO

  

Al morir esta tarde

estoy viajando hacia el sol

cada vez más amarillo de tus ojos.

El viento disipa el calor de tu recuerdo

tu recuerdo

que es un astro agonizando

entre un cielo de plata

y un monte azulado por la distancia.

 

A mi espalda quedó la noche sin sueños

de una alborada incierta.

Parece que estuviera más cerca del sol

ahora él es más grande, más rojo

como era el rubor de tu cuerpo.

¡El sol ha muerto¡ No pude alcanzarle

y con su muerte ha nacido en mí tu olvido.