María

La Profesional

 

Cuando estuvo conforme con

su formación de posgrado,

se permitió lo que soñaba.

 

Subió a su avión.

Estaba entrenada.

La emoción la paralizó dos minutos

y decidió a despegar.

 

Voló por sobre su niñez.

Voló por sobre su adolescencia.

Espléndidas.

 

Voló por encima de sus temas irresueltos

para cerrarlos definitivamente.

 

Voló por encima de sus dolores

para saber qué destinos evitar.

 

Voló por sobre sus heridas

para curarlas.

 

Voló por donde yacían hombres pretéritos

para que supieran que ella estaba bien.

 

Voló por sobre sus dudas

para decidirse.

 

Voló por sobre sus miedos

para superarlos.

 

Voló por sobre el olvido cargado de memoria

y por sobre la memoria colmada de olvido,

para celebrarlo.

 

Esos vuelos le permitieron

capitalizar y aprender.

 

Ya estaba lista.

Ya podía ser

una Terapeuta Etérea.