Dyanira

En la piel

Tardes ardientes de fuego que encendían nuestros cuerpos,
dedos que acariciaban como llamas en la piel.

Calor que inunda con ternura nuestro amor,
cuando incansablemente demostramos el deseo,
que arde en nuestros cuerpos.

En la piel llevo el recuerdo de tu respiración,
tus deseos de poseerme y mis suplicas de que tomes,
algo más que mis labios y la piel.

Mi cuerpo te quería, mi cuerpo te deseaba y mi boca
te pedía, que saciaras mis deseos.

Aún recuerdo esas tardes, cuando con pasión
me amabas, disfrutando con locura…