Para Antonio
Y sé que esto, puede tornarse confuso.
Para que hable mi corazón,
la sed del tiempo se hace rostro
y el misterio, se hace hombre
en la mordaza eterna de mi alma.
Tú eres el campo que se siembra
en tiempos de sequía.
Para qué, amor, para qué.
Que el poema sea estrategia
-para amarte-
sin que el luto del poema,
lo sepa.
Pero no puedo, ya no puedo
ahogar el mar de la pureza
hacerte la voz, una metáfora
y ahogarte en la metonimia
del pájaro muriendo por tristeza.
Porque amor, amor de mí
amor sin molde que se ha hecho sitio
has venido,
como cántaro sin vida
para saciarte conmigo.
Y que la lágrima destruya
mi espejismo de piedra
y renazcan
del fruto de mármol,
nuestras siluetas.
Y que el sueño, se nos haga piel
y el verbo de la distancia,
un tierno obelisco acariciando la fe.
Amor de origen, amor de llanto
enmudecido,
amor de pasos inmóviles
zozobra de verdad, en acertijo.
Amor.
herida que se escoge
y nos desangra
en el eje inmortal
de nuestro ser.