María

Mi alma no sabe

Mi alma conoce mi viento del sur y mi  tibio sol. Distingue el ruido festivo del silencio desolado. Disfruta mis vuelos por horas, elevada entre palabras y versos. Mi alma adivina mis emociones. Intuye mis anhelos. Celebra mis logros. Mi alma presume mis atajos. Comprende mis caprichos. Ella cree conocerlo todo. Por no decepcionarla, no permito que adivine mis temores  más profundos, mis dolores y mis penas. Cuando me sorprende con preguntas complejas la entretengo con poesías. No deseo  que advierta que desde hace tiempo soy yo quien vive exiliada.