He salido a caminar el amanecer,
siempre me provoca perplejidad.
Quiero limpiarme de tus palabras,
de los escollos mentales de tanto desatino,
en la calle la temperatura alivia,
las personas miran sin comprender que hago,
como si el gorrión no se viera,
pero sé de los ciegos e indolentes al dolor.
Una pareja se me acerca desde lejos,
conversan bajo y les brotan destellos de risas,
haciendo no siento sus pasos, me sobrepasan felices,
creo olvido la adicción a las frases
y no puedo expresar o encarar ese desliz.
El mundo va seguido de apuros,
dialogan alertando la aparición del sol.
¿Quién sabe si el trabajo los espera?
¿Qué hago yo aquí en mi ventana?
Cierro con un golpe suave,
y regreso a la cama con ella.
Me acotejo en tus espaldas.
Tu piel me tapa, tu olor me llena.
Mas es solo la almohada,
y me desespero por verte llegar, aún sin amanecer