Miguel Cruz

La tierna corriente de la Blanca noche

 

Nadando en una blanca noche de enero, seducido

 por lo manso del mar. Su renovacion fue constante

 con la luna brillando en el mar.

 Despreocupado, la orilla desaparecia, la fuerza

 sobrehumana  por volver, despues

 de haber subestimado la pasible corriente en contra.

    

La blanca noche se trasformo en una negra madrugada

de torrenciales diluvios amontonados,

con la fuerza de

un adios despues de haber sido facilmente seducidos,

por la blanca y dulcemente amante ocasional.

 

De casuales noches de luna,un pedazdito fue cediendo

y otro engolosinamiento se fue aberiendo mas espacio.

A lo que el centro de  su ritmo, giro a su dulzura,

que magnetizado estara con fuerza nandando

  

acalmbradamente, a contracorriente con la orilla

mas lejano que en lo imaginario.