Alvarez Alvarado

Un corazón solitario y lleno de ilusión.

Así como canta el gallo en la mañana, para anunciar la llegada del día

De la misma manera hace el verano, para anunciar la llegada de tu recuerdo.

El ardiente beso de este tiempo veraniego de Barranca 

y el seco abraso del viento me trae el recuerdo de tu estancia.

Aquella vez que soñamos.

Recuerdo la primera vez que te vi,

me sonreiste y yo a ti.

Luego de ese momento mi cabeza giraba,

la estampida de pensamientos vagos preguntaron,

¿Acaso hemos encontrado la compañera que habíamos esperado?

Antes de contestar su ruidosa pregunta, llegaste,

y sin abrir tu boca, sin ancender tu cabeza, sin siquiera hacer nada,

aclaraste toda duda, y las incansables voces desaparecieron.

Como un niño, cansado e ilusionado, me enamorabas mas y mas.

Te llegue a amar sin entenderte.

Como aquella vez que soñamos.

Aún recuerdo el tiempo que compartimos juntos,

reí cuando reiste,

lloré cuando lloraste.

Nos complementabamos.

Solía esconderme a llorar, en la madrugada, 

pero tu me encontrabas y me devolvias el animo,

animo que mis problemas por las mañanas me quitaban.

Me atrapaba tu mirada, 

tu sonrisa era mi deleite, 

imposible de no mirar, fue, tu pelo,

las suaves y discretas rayas del contorno de tu cuerpo, 

me volvían loco.

Tus ojos eran mensajeros de tu buen corazón, y también,

eran guerreros de noches tortuosas,

 estaban sedientos de días mejores.

Como los demás, peleábamos,

cuando lo hacíamos podía ver tu realidad.

El tiempo nos reconcilio aquella vez.

Como aquella vez que soñamos, ¿recuerdas?

Teníamos necesidad uno del otro.

Me acuerdo de aquella vez que planeabamos casarnos a escondidas,

O, cuando en la playa encontramos un refugio para nuestro amor.

Te disfrazabas de la chica de mis sueños, 

me volví parte de tu vida, 

y luego me sacaste de ella.

Cuando te veo, deseo probar tus labios 

porque nunca conocí su sabor.

Deseo extrañar el sonido de tu voz,

 porque nunca la escuche.

 Solo tengo de ti recuerdos en rosa.

Y te fuiste desvaneciendo, poco a poco,

cuando vi tu realidad, tu realidad desnuda.

Soñé con conocerte,

 para poder amarte.

Como la vez que soñé, ¿recuerdas?

Y otra vez te vas cuando el viento seco me deja de besar.