MATA-HARI:
Margaretha me embruja
me seduce con bailes prohibidos ,
su sonrisa dibuja
unos labios carnosos y atrevidos,
como fruta jugosa
va mostrándose dulce y generosa.
Con tesón me provoca
apuntando su escote hacia mis ojos,
me regala su boca
y soy pasto de todos sus antojos,
solo queda rendirse,
entregarse sumiso hasta fundirse.
No me deja pensar
cuando danza moviendo sus caderas,
ni me puedo esperar,
a que me abra sus cálidas fronteras,
llena está de pecado
es Mata-hari y me tiene dominado.