alcides rojas

En nuestro refugio

La luz que deriva de las teas es intermitente

no tardará en extinguirse

 

Formamos un inquebrantable círculo vicioso

tenemos una y otra vez

la misma conversación enfermiza

trasladamos un mundo encarnado

alrededor de una candileja

 

Bajo la luz comatosa

los dientes semejan pequeños bloques de hielo

nuestros gestos descoordinados

nos hacen parecer arlequines

pero en realidad seguimos siendo

los mismos animales unguiculados

que decidieron guarecerse

bajo el goteo de la calcita

 

Este día o cualquier otro

podríamos dar pasos hacia la luz

pero no soltaremos fácilmente

las púas que nos martirizan