María

Libres

Abdico para que no opinen. Si bien no me abate el juicio del otro detesto cuando murmuran. No quiero ser material de habladurías. Sólo deseo ser libre. Aunque pretender serlo en este sitio es utópico. Sobre todo por el  adorno en mi cabeza. Abdico y te cedo la corona. El reinado será tuyo.  Ahora seré consorte por un día. Elegirás el destino. Llegaremos y nos desharemos de ese ornamento monárquico. Seremos los plebeyos más gráciles. Lejos de este encierro, lejos de este lugar que nos observa. Partiremos antes de la madrugada. No habrá rastros. Nos elevaremos en tu caballo blanco, alado y en mi unicornio colorado. Saben el camino hacia la libertad. He pasado noches leyéndoles historias de albedrío.