Oscar250

La mujer que me amaba

La mujer que me amaba me amó setentas veces siete

Olvidó su propio orgullo y lo abandonó en la desidia.

La mujer que me amaba me amó hasta el dolor

Esperaba en su ventana la llegada del hombre que la extravió.

La mujer que me amaba me amó en sus sueños primero

Velaba sigilosamente el dormir que enamoró sus sentidos.

La mujer que me amaba sentía la pasión de quien me amó

Acariciaba con delicadeza el rostro de su amado y lo protegía.

La mujer que me amaba esperaba pacientemente que la mirase

Oprimía sigilosamente el alma para no aprender a odiar.

La mujer que me amaba tomó el ayer en sus manos y lo admiró

Expulsó la rabia mezquina de la mujer del pasado para amarla también.

La mujer que me amaba sintió que Dios le sonreía en su corazón

Porque encontraba espacios en sus labores para pensar en su bien amado.

La mujer que me amaba se hizo belleza para mi esperanza

Reuniendo toda sus fuerzas para aferrarse a su convicción.

La mujer que me amaba no pedía nada a cambio por su amor

Regalaba su pasión en la alborada del ocaso de la vida para su amado.

La mujer que me amaba me amó tanto, tanto, que tocó el cielo con amor

Desplegó su lascivia inagotable para que pudiese morir en sus brazos.

La mujer que me amaba tenía un vestido hermoso adornado con flores

Ceñido, porque en su cuerpo escondía todos sus secretos solo para mí.

La mujer que me amaba lo hizo en vida y hasta su muerte

Porque en un altar juró lealtad eterna junto a su tierno amor de juventud.

La mujer que me amaba ocupa ahora un lugar en las estrellas inmensas

Arrulla en su regazo a la luna para que esta vigile mis pasos.

La mujer que me amaba vive en la eternidad desde la cual me sigue amando.