Kabalcanty

EL PODER

- EL  PODER -

 

 

 

Teníamos de todo:

perlado el ombligo,

una musa prostituida

y un flamante car mostrándonos.

Era imposible equivocarse,

con todos los truenos afónicos

y un mostrador para bebernos

con media rodaja de limón lustrado.

Sin duda, éramos dichosos, amigo,

sorbíamos la vida sin preguntas

eyaculando todas las noches

sobre lo que diríamos mañana.

Tal y cómo queríamos que fuese.

 

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