¡Qué dicha que nos diste la capacidad de olvidar!
en unos casos para no recordar nunca lo ocurrido
en otros que el recuerdo quede sin punta y sin filo
incapacitado para herir o provocarnos la pena
de los momentos sufridos, de los instantes vividos
Arrinconado, petrificado, sin uñas y sin dientes
con los que corta la piel sutil del alma humana.
Están olvidadas las burlas y los motes odiosos
el que tomó aquel bien que me urgía tener
están olvidados, son rostros sin facciones
de quienes tomaron las ropas y herramientas
la misma semana que murió mi padre.
No pueden hacer daño las sombras siniestras
que rondaron nuestros caminos de papel crepé
Ahoran miran de lo alto desde su borde de gárgola
pétreas, con su perfil de monstruo, inmundas
incapaces de consumar su crimen y su vicio.
Gracias por el olvido, para andar por los días nuevos
por no recordar versiones mías que ya murieron
por esta incapacidad para mirar atrás para acusarme
Gracias por lo olvidado y porque olvido,
para no ser un preso inútil de la nostalgia y el recuerdo
Porque ya no recuerdo pasados, y sólo atisbo futuros.