Henry V

Ausencia: Primer acto

I

Es natural sentir terror    de levantar el  telón

Al  intuir   que el Amor  se ha ido de la escena;

Al abrirse, la confusión reina,

Somos extraños sin nombre.

 

Los años se aglutinan en un sólo recuerdo,

El Presente, anuncia el primer acto:

“ y que la era  de la ausencia  esté con ustedes...”

Las luces tiemblan,  mueren:

“Sombra son y en sombra  se convertirán”;

 

La oscuridad  se extiende por latitudes íntimas;

Nos crecen  camposantos,   baldíos   de ansias.

 

Usamos vicios  como   candiles…  la cordura huye;

Dejamos de ser alguien que nunca conocimos en realidad.

Vendemos el alma o lo intentamos

Sin pensar en el destino  de la conciencia-desalmada

                                                                       del cuerpo des-almado ;

Ignoramos  que sin ella, los sueños  son laberintos  del deseo con insidia.

 

Muta la voz. 

Se improvisan lenguas para invocar  sexos arcáicos;

Se  afilan  palabras  en la  punta  del  sollozo  y se lanzan al aire

Con el anhelo de atinar  al amor  en su huida.

Nada lo  detiene.

 

La ausencia  muerde.

La   Vida  clama   brotar por las venas.

 

En el cuerpo hay un motín  de  voces,

En  los sueños  minotauros acechan   la conciencia,

 

Alma y cuerpo  ocupan  espacios distintos,

Al cuerpo lo reclama el mundo

Al alma  el dilema...