Donaciano Bueno

Lamento

De la humilde escarpia algo oxidada de mi pensamiento

voy colgando recuerdos ya casi olvidados de mi infancia,

testigo impenitente de muchos sentimientos, de momentos

antaño procelosos, ahora revividos para reconciliar mi alma.

 

Aunque viejos son e incluso algunos de ellos malolientes,

-angustias, penas, preocupación, rencor, desesperanza-

todos, uno a uno, cual lapas, asidos anidan en mi mente

y aunque débiles de forma vaga me inspiran la nostalgia.

 

¡Do aquellos sueños oníricos que algún día florecieron!

maltrechos se han vuelto ahora evocaciones sin palabras,

sonidos sin audio, ausentes sensaciones que ya huyeron,

vientos sin aire o tenues fuegos de pavesas apagadas.

 

¡Ay de mis ayes!, cómo ansío de aquel tiempo los recuerdos

del agua transparente que fluyendo me regalaba los oidos,

los cantos de cisnes que otrora embriagaban mis sentidos,

voces silenciosas, ahora unicamente resiste este lamento.