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El maestro y el Obstáculo.

Maestro y discípulos iban a una villa cercana a confraternizar con los demás maestros.

Ya en la carretera, el discípulo que conducía el carro de caballos comenta:

—Querido maestro, hay un tronco en la carretera, tenemos que desviarnos.

—Amados discípulos, cuáles son nuestras alternativas? —preguntó el maestro—.

—Creo que podemos desviarnos —dijo un discípulo—.

—A lo mejor, si esperamos un rato, puede que alguien aparezca para ayudarnos —dijo otro—.

—Podemos intentar apartar el tronco, querido maestro —fue la opinión de un tercero—.

—Amados discípulos —comentó el maestro—: en nuestro camino espiritual también encontraremos muchos obstáculos, tal como este que nos encontramos.

«Podemos desviarnos, pero eso no significa que no encontraremos otro obstáculo en la nueva ruta y es como se iniciáramos un nuevo camino. Además ese obstáculo siempre estará presente en ese mismo camino que otros puedan haber elegido.

«Esperar a que alguien nos ayude tampoco es una buena alternativa, sino que estaremos condicionados a esa espera que, quizás surja o no. El obstáculo seguirá existiendo. Además, si estamos esperando, estamos bloqueando el camino para otros, haciendo con que nos convirtamos en el propio obstáculo.

«Apartar el obstáculo significa trasladar o mover el obstáculo de un sitio a otro, lo que quiere decir que no lo eliminamos definitivamente. El obstáculo seguirá existiendo y no hay garantía de que nuestro traslado no pueda perjudicar a otros que siguen el mismo camino.

—Querido maestro —indagó un discípulo—: no querrás decir que tengamos que cargar el tronco con nosotros, verdad?

—Así es, amado y perspicaz discípulo —afirmó el maestro—.

«En el camino espiritual tu puedes llevar los obstáculos contigo, como compañeros de viaje, no como enemigos y debes tratarlos con amor. En ese viaje, conocerás los puntos débiles y fuertes del obstáculo y serán ellos los que te proveerán de sabiduría para eliminarlos. No quiere decir que sea una tarea fácil, pero es la alternativa correcta. Jesús cargó con su cruz hasta su muerte por librarnos de nuestros pecados, acuérdense.

«El obstáculo solo surge para que conozcas y demuestres tu capacidad. Surge como un acto de amor de Dios, para que te superes y pueda servir a otros con tu ejemplo.

—Carguemos el tronco en la carreta y sigamos camino, porque esta noche promete hacer frio…nuestros amigos maestros estarán agradecidos por tener esta leña.