Donaciano Bueno

Recuerdos de mi pueblo

Mi infancia son retazos de un pueblo de Castilla,
pequeño, primoroso, silencioso y coqueto,
de mil mieses doradas en campos recoletos,
y del brasero en invierno en la mesa camilla.

 

Me veo cual un pino rodeado de pinares,
dando vueltas al ruedo como un trillo en la trilla,
en las viñas cogiendo los racimos a pares
o pescando cangrejos en el rio Arandilla.

 

Mis recuerdos me acercan a aquellos segadores,
sudorosos, armados de una hoz y zoqueta,
con sus cuerpos curvados del surco los temblores
bajo los duros dardos del sol en sus cabezas.

 

Las campanas al vuelo llamando a los vecinos
los domingos a misa. Del cura la amenaza
de echarnos un sermón muy tedioso y cansino
y mi infantil impaciencia por correr a jugar en la plaza.

 

Para mi fue un enorme placer ir a la escuela,
con toda propiedad fuí un alumno aplicado,
de mis maestros guardo sus mejores tarjetas,
Alejandro, don Victor y también don Aniano.

 

Con estos ingredientes y de esta levadura
fermentando fue mi personalidad inquieta,
ahora, triste ya sólo una pieza madura
soy para para al mundo mandar a hacer puñetas.

 

¡Cómo añoro los tiempos de mi más tierna infancia!
la pisada de la uva en el largar, el vino en la bodegas,
el odio tan cerval que yo tenía a la cruel matanza,
los rebaños de ovejas de churras y merinas, la dehesa.


Mi infancia son recuerdos de un pueblo de Castilla
de Castilla la llana, de la Castilla asceta,
de aquellos suelos patrios que cantaron los poetas
Azorin y Machado, Manrique o Ridruejo y Zorrilla.