alcides rojas

El rincón

Alguien lo invocó

deja de ver y escucha

mis ojos ya no se derraman

pero están perdidos

 

Esta canción que enmarca la noche

parece llorar

 

Es la trova de las vigilias

que en este pueblo se entona

como una oración

 

Duerme el solitario

la intemperie trata de ahogarlo

en esta bóveda

en la sempiterna boca

de la playa no alcanzada

y lo envuelven y siguen

las noches de Araya

pero aún no sale la luna

y el mar se convierte en ardentía

 

Caigo en esta arena movediza

preso en el nido de lo caduco

casi sin latidos

en el doblez de la entrega

calado en un rincón de la noche

en el término de una isla semihundida

cerca del suelo donde terminan las calles