lemos maximiliano

Carta a esa bella princesa asesina

 

Y aquí me encuentro, más solo que nunca,
contando con los dedos las promesas que se rompieron.
Busco debajo de mi cama, dentro del armario, incluso detrás mío,
porque sé que en algún lugar quedaron esas sonrisas que supiste regalarme.
¿Acaso las tienes por ahí? Te escribo para intentar recuperarlas.


Es increíble cómo la mañana se torna noche,
el canto de primaveras es desafinado por el grito de los cuervos.
Tu cálida presencia por el vacío y el silencio,
tu mano que aferraba la mía, por el manotazo al aire ausente.


Princesa mía, devuélveme la vida, devuélveme el suspiro
que me entregabas cada noche, y la caricia
que me despertaba en las mañanas.
Princesa mía, veo tu sombra acercarse, cruel puñal,
sin embargo dejo que lo claves en mi pecho, sin hacer nada.


¿Sabes lo que significa la palabra “amor”?
mírame a los ojos y lo sabrás.
Pero mírame ayer, cuando brotaban esperanzas al mirarte,
y no hoy, que resbalan los sueños por mis mejillas.


Princesa mía, mataste todo lo que nos rodeaba,
déjame velarlo a la luz de la luna, déjame preparar mi funeral.
Princesa, sonríe, tu que puedes, muestra tus rojos labios,
tus verdes ojos y tapa la oscuridad de tu alma.


Lemos Maximiliano Daniel.
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