Bernardo Bosquez Minjares

Y la llame, poesia!

 

 

Mi cuerpo estaba lleno ya de cicatrices del pasado, terrores del presente y nuevos retos del futuro, firme pensamiento mantenía mi cuerpo en la tierra pero la imaginación lo hacia despegar cual cohete al aire. 
No tenia mas razones de vida para respirar mas mi cuerpo jamás se detuvo!
a la vida no le importaba cuan triste estaba este hombre, los días nunca se detenían a preguntarle por lo que pasaba, y el dolor, Oh! el dolor!
que a su alma nunca abandono! por motivos que la vida nunca explico, 
sentía apatía por la vida tanto como empatía por los que la vivían.
Terminaba sus días escribiendo y recibía las mañanas con los versos de su cantar.
La amargura se deslizaba por su garganta pero aun así nadie preguntaba que tenia, el no deseaba marcharse, pero al final, nadie lo echaría de menos, tomo su vida en la espalda y cargado de vivencias partió hacia el olvido, empuñando una pluma y escribiendo sus sentires, y los hombres cuentan que era poesía, y lo llamaron así, perdurando hasta el día de hoy, conociendo de amores y desamores, tristezas y alegrías, dolor y nostalgia. Lo llamaron poesía, y vivió siempre en mis labios hasta el día que la vi nacer.