EL DESPERTAR DE LOS SENTIDOS.
En noches buscando aplomo.
¡Son como
volcanes de lava en fuentes
ardientes!
Como si fuesen abiertos
desiertos.
Sienten sus cuerpos despiertos
ante tan rica avalancha,
y aunque algún tiento se engancha,
son como ardientes desiertos.
Son como ardientes desiertos,
müertos,
porque noveles que cuecen
parecen,
aunque se cuentan por cientos
sus tientos.
Que bonitos son los cuentos
cuando el instinto ya crece,
y aunque el dúo se estremece,
muertos parecen sus tientos.
Muertos parecen sus tientos
sedientos,
tras nuevos acercamientos.
¡Qué lentos
con las caricias que toman
se doman!
Aplicados ya retoman
en cuerpos entrelazados,
y estando acondicionados,
sedientos, lentos se doman.
Sedientos, lentos se doman
y aroman,
los nervios a flor de piel
con miel,
trasfiriendo bien impresos
sus besos.
Se calan hasta los huesos
inundados de placeres,
dando rienda a sus quereres
aroman con miel sus besos.
Aroman con miel sus besos
obsesos,
hasta encontrar no se ofuscan
y buscan,
como dos locos catando
¡Probando!
¡Vencen sus ganas besando,
buscan con ansia gozar!
Y por siempre desraizar,
obsesos buscan probando.
Obsesos buscan probando.
¡Catando
armonizan el violín,
por fin!
Consiguiendo substraer,
placer.
sin llegarse a retorcer
emprenden nueva batalla,
viendo que cruzan la ralla
catando por fin ¡Placer!
Catando por fin ¡Placer!
¡Y ver
expertos dados sus tientos
Contentos!
Dan gracias por ver la veta
¡su meta!
Sienten que tan rica dieta
diese por fin resultado,
viendo su gozo avanzado
y ver contentos su meta.
GAVASE
(foto de la red)