HERMINSON YULE RIASCOS

AMIGOS NATURALES (SONETO)

Airado el furtivo viento

el árbol imberbe quiso arrasar,

más, con todo su intento,

no lo pudo arrancar.

 

Lo sacudió de modo violento,

algunas hojas le logró tumbar,

pero luego de tanto movimiento,

el vivo madero logró triunfar.

 

El tiempo los hizo hermanos

y dejando de serle dañino,

tierno lo venía a acariciar.

 

Sí, el viento con invisibles manos

y las aves con melódicos trinos,

en gráciles bamboleos suelen jugar.