Torajiro

El tren que no se detiene

 

Compre mi billete y espere en la estación

Pero el tren que llevaba hacia mi gloria jamás paró...

 

Esperé allí sentado día tras día

Pero ese maldito tren nunca se detenía

Y sin saberlo, ni quererlo,

se llevaba mi alegría...

 

Y al siguiente día,

me la devolvía transformada en tristeza.

 

Finalmente un día un tren allí paró

Aunque no era el que yo esperaba,

Era un tren con destino a la frustración

Con destino a la estación de la decepción...

 

Pero decidí no subir...

 

Pues hay cosas a las que un hombre no puede renunciar

Y prefiero esperar para toda la eternidad

Que aceptar que me he dejado ganar.