ALVARO J. MARQUEZ

ME LLAMO NOÉ

Creo que sin ti aún puedo sobrevivir
y nunca llegar a un estado de locura,
que nuestra historia puedo escribir
tal como nuestra mejor aventura.

Voy a sobreponerme poco a poco,
cosas así a veces la locura invocan…
Sé que creen que sin ti me volveré loco,
pero voy a demostrar que se equivocan.

De mi cordura puedo hacer derroches,
la demencia en mí es sólo una fantasía,
aunque vea el sol alumbrar mis noches
y a la luna saliendo, pero sólo en el día.

¿Saben? Compré un canario pero no es mío
y a un cerdito que a veces me dice “miau”,
un perro que en ocasiones dice “pío pío”
y a un pollito hermoso que me dice “guau”.

Tengo un caballo de lo más parlanchín
y un loro que galopa a paso muy firme,
hay una flor que me habla en mi jardín
y siempre me anuncia que vas a escribirme.

Mis flores me hablan, no es demencia
y además me encantan mis mascotas,
traté hoy de brindar en tu ausencia
y noté que todas las copas estaban rotas.

Alguien cercano me dijo que las rompí yo,
pero eso no recuerdo haberlo hecho…
Tampoco me explico cómo fue que apareció
de repente tu nombre escrito en mi pecho.

No estoy demente, no vayas a creer eso,
es que a veces vivir algo extraño me toca,
como hace poco que en el aire vi un beso
que te envié… y nunca llegó a tu boca.

Ahí están otra vez mis mascotas llamando,
vivo en un apartamento pequeño pero caben,
ellas no me molestan cuando estoy soñando
porque sueño contigo… y todas lo saben.

¿Creíste que sin ti iba a enloquecer, verdad?
Pues no, soy un muy equilibrado hombre…
Aunque estoy solo y no sé por qué mi soledad
Tiene que tener –lo juro- tu mismo nombre.

¿Sabes? Me había propuesto escribir al revés
para que nada entendieras si acaso me leías,
una hiena que también tengo se reía tal vez
de tanto leer que te amo en mis poesías.

Nunca viste mis animales pero en mi casa están,
si yo te lo digo sabes que es cierto, es así…
en la sala de la casa dormido está el caimán
que al igual que yo, tiene hambre de ti.

Tantas mascotas en mi casa ¡qué bárbaro!
Nadie cree que las tengo, eso bien lo sé…
Las saqué de un arca y no me llamo Álvaro,
mi verdadero nombre… es Noé.

Poema original de Álvaro Márquez
Venezuela
Todos los derechos reservados
17/1/2014