FELINA

CAMINANDO SOBRE HUELLAS

 

 

Son tantos los caminos recorridos…

Unos... no recuerdo cómo eran,

quizá tenían sembradas astromelias,

o me llevaban a oasis cristalinos.

 

Estarían de grama cobijados...

con soles rosados pincelados

y de lunas menguadas...constelados.

O posiblemente eran caminos escarpados.

 

Otros senderos me llevaron

a laberintos atestados

de muertos acostados.

Mis pies se fatigaron

buscando la salida,

tuve miedo, emprendí la huida.

 

Y, uno, me condujo a un mar de olvido…

Allí, encontré muchas gaviotas

dispersas en la playa… sin bohíos…

una como yo, con alas rotas,

sin poder volar al  cielo añil,

rumiando sola su derrota.

 

Por otros caminos que fui...

amigos ocasionales encontré

y como la efímera primavera,

tuvieron florescencia... perfumaron...

luego ...luego… se marcharon..

 

Otros... sus afectos me brindaron

compartiendo triunfos y lamentos...

algunos duermen sueño eterno,

otros van conmigo hacía el ocaso.

 

Acompasando muy bien los pasos

a todos los llevo de mi mano...

a los que hace poco están conmigo…

y, a los que mi camino

siguieron desde antaño.

 

Cuando tenía menos de seis años

sus colores y cartillas me prestaron...

limpiaron mis lágrimas... las furtivas

y, las que a borbotones de mi manantial salían.

 

 De lágrimas quedaban empapados

los pañuelitos de dibujitos troquelados.

Lloraba tanto que llenaba mares…

Dios me hizo en los lagrimales

un gran torrente para llorar mis males.

 

No sé cómo me aguantaron,

si mis aguaceros nunca menguaron…

Lloraba mucho…mucho… de alegría,

a veces… sólo a veces… de melancolía.

¡No pude encontrar mejores seres humanos,

cómo los amigos que quiero como hermanos!

 

Es difícil los caminos desandar

y los pasos en el tiempo regresar...

es, como si el año tuviese dos eneros,

dos mayos, dos junios, o febreros.

 

Caminar sobre las huellas

que dejó un amor querido,

olvidar lo que causó el olvido.

Soltar las amarras del velero

que vayan las ilusiones sin querellas

como hermosas pasajeras de crucero.

 

En un lienzo pincelar los sentimientos

para que  vivan resguardados en el tiempo.

Vivir lo que no se ha vivido,

coser el corazón partido...

que cada puntada esconda

el dolor de la herida honda

y sentir cada segundo su latido.

 

De las campanas

escuchar su tintineo...

muy adentro,

cimbrando el alma,

cuando el viento

rompiendo la calma

con ímpetu las hace repicar.

 

Sonrojarse

tan sólo con mirarse...

querer volar muy alto...

poder coger las nubes,

el éter... la galaxia

y cuanta estrella haya.

 

Darse cuenta…

Qué, de luceros, inundadas

hay noches bellas,

otras, con luces lánguidas

y constelaciones apagadas

que duermen apaciguadas.

 

Sentir el sol  que acaricia

con sus esplendentes rayos,

tomar la vida con calma y sin prisa,

enredar el amor en los trasmallos,

sentarse frente al mar...

a mirar la tarde que agoniza

con su encanto crepuscular .

 

Sentir en el alma caballos desbocados

con sus crines azotadas por la brisa,

romper las cadenas que nos atan al silencio...

darse cuenta que la libertad no tiene precio.

 

Vivir, amar, volar, al mundo poder clamar

que el amar no tiene final...

si se ama con todo el sentimiento,

si se ama con intensidad

nunca vendrá el sufrimiento.

 

¿Qué es esa claridad que a mis ojos hieren…

y de repente llega a interrumpir el sueño?

confusa, desorientada, me incorporo...

¿todo fue producto de mi ensueño?..

 

Quizá fue un desdoblamiento

que me hizo viajar en el tiempo,

remontándome a eras remotas…

tal vez... a tierras ignotas.

 

Al  mirar mis zapatos

de agujeros estaban llenos

estuve todo el tiempo caminado

por calles y empedrados…

 

caminos escarpados,

por praderas por llanuras,

por caminos de herradura

y por las nieves perpetuas.

 

Sentí mis pies agotados...

sus plantas saturadas

con residuos del pasado…

 

y es que mis pasos desandaron

destinos ancestrales.

Felina