Jaime Antonio

Caminante Y Poeta

 

Viene caminante, con la espada en su mano, al caminar.

Que nos abrimos camino mientras caminamos, 

a como dé lugar...


De lo que es reír, de lo que es llorar,

yo no quiero ya ni hablar.

Pero del sentir, del vivir, del caminar,

¿qué tú me puedes enseñar?  

 

De nada nos sirve el camino ya andado,

ni lo que hemos dejado atrás.

De nada nos sirve el camino ya andado,

si no nos lleva a ningún lugar.

De nada nos sirve lo que no nos puede orientar.

De nada nos sirve abrir la boca para hablar,

si la palabra que decimos no la sentimos de verdad.

De nada nos sirve llevar la espada en la mano,

cuando no la sabemos ni usar.

De nada nos sirve escuchar mofas, burlas o relajos,

sobre lo que hacemos mientras caminamos.

De nada nos sirve si fue amor, pasión o locura, 

si en esta vida nada se cura,

sin el camino por donde continuamos.
              

Nos sirve el bien mientras caminamos...

Estar, BIEN, atentos, 

con los ojos, BIEN, abiertos, 

para poder ver, BIEN, por donde andamos.


Nos sirven nuestros saltos y movimientos,

nuestros cambios interiores y de sentimientos,

para los obstaculos ir esquivando, 

mientras seguimos caminando.


La espada no nos puede faltar, 

a los que en verdad caminamos.

Nos protege, nos ayuda a luchar,

nos abre caminos para andar,

con cada golpe que acertamos.


¡La espada hay que saberla usar!

La espada no nos puede faltar,

a quienes caminamos.

 
Viene caminante, con la espada en su mano.

Porque cuando ya no hay camino por donde vamos, 

nos abrimos camino a lo bravo y luchamos,

sin rendirnos, sin quedarnos a un lado.  


Viene caminante, con la espada en su mano.

Quien es caminante sabe a dónde vamos.

Muchos han sido mis caminos andados,

y seré caminante, al más allá, de estos años.


-Ah, pero este caminante parece estar cansado...

-Ah, pero este caminante se cree poeta...


Sí, yo me canso, pero me siento y descanso.

Me levanto, y sigo en mi camino, con mis letras,

con mis pasos firmes y siempre avanzando.

Yo no me creo nada, yo soy todo lo que hago.

Si yo respeto, a mí tambien se me respeta,

a nadie le permito que me saque de mi senda.


Así que tengan cuidado...

Yo soy caminante,  

con la espada

en mi mano...


¿Qué caminante llegará

sin buscar

el dar sus pasos?

¿Qué escribirá el poeta

sin buscar

el dar sus letras?


No lo sé...

No conozco todas las respuestas...

Yo sí sé,

que soy todo lo que hago...

Y mientras yo camino, también escribo letras...