HERMINSON YULE RIASCOS

LAS SOMBRAS QUE ME ACOMPAÑAN

Ya nada me divierte,

lo que quiero no es

y lo que es no lo quiero.

Tengo hambre de todo

pero ese todo no me sacia,

lo que anhelo es incomparable

y el dinero no sirve.

Necesito una copa

que embriague más que el vino,

más, el vino está a mi alcance

y no es apto para mi sed.

¡Para qué noches!, ¿para qué?

¡Para qué el sol!, ¿para qué?

si pasan sin nada que ver.

Hay amores que llegan al alma,

que pasan de ser atracción

para tornarse en sufrimiento.

Ya nada me divierte,

en mi van todos los muertos,

todos, y como todos han dejado

los recuerdos que como pasado,

no desaparecen,

son la sombra que me acompañan

a doquier.

Aveces llega a mi vida

llevandose lo que fué verde,

como los alegres momentos 

en que preso de ti era mecido

por tus labios, por tu piel,

por esas inefables caricias

que mataban el hastío y sembraban

esos instantes a los que escribo

y que están imborrables 

en mi pensar.

Me quedan tenues momentos de lucidez

que ni el sol dora ni la noche

enfría por qué para qué tomarse

la molestia de tocarme,

si saben que de todas formas...

nada me divierte.