nelida anderson parini

DESDE MI LIBERTAD, ESTO ES LO QUE SIENTO.

Lamento no haber tenido

en mi sonrisa un diamante,

ni dulce voz de cantante

para acariciar su oído.

 

Lamento si  mi decoro

para usted no es bienvenido,

pero como es bien sabido

no soy monedita de oro.

 

Lamento que mis sentires

a su paladar sean jocos

y que le parezcan locos

mis versos y mis decires.

 

Está claro que mis ojos

que miran siempre de frente

son a los suyos la fuente

de donde brotan enojos.

 

Lamento yo en esta vida

no lograr su aprobación

y ante tal predicación

me hallo a veces cohibida.

 

Mas lo cierto es que el respeto

a usted no se le da nada

y la palabra pesada

de usted es  látigo inquieto.

 

Hoy quiero con humildad

compartirle aquí en secreto

la verdad a que someto

toda mi tranquilidad:

 

Creo es la felicidad

luz por todos merecida

y merece ser vivida

en absoluta igualdad.

 

Creo en la fraternidad

de un corazón generoso

que se eleva majestuoso

en la solidaridad.

 

Pienso es la sinceridad

claridad de pensamiento,

sutileza en sentimiento

y pendón de honestidad.

 

Creo que es deber soñar

para propulsar la vida

aunque quizá una caída

nos llegue a desengañar.

 

Creo en que para empezar 

se debe poner empeño,

para ello el gesto risueño

siempre ayuda al avanzar.

 

Cierto es que en todo camino

ha de haber algún tropiezo,

por eso no olvido el rezo

cuando llega el desatino;

 

no me apego yo al lamento

ni maldigo mi destino,

si en mi pie se clava espino

no reniego del tormento;

 

porque el tiempo que es perdido

en llanto y lamentaciones,

opaca las bendiciones

que el Señor me ha concedido.

 

Busco ser agradecida

 en todas las ocasiones

y a las malas vibraciones

las oriento de salida.

 

Comprendo que el ser humano

experimenta emociones

y que a veces las pasiones

llegan a subir de plano;

 

mas también creo que es sano

aligerar las tensiones

y evitar causar lesiones

al tratar con un hermano.

 

Cada quién tiene a su modo

su forma de matar pulgas,

si conmigo no comulgas

con eso no me incomodo;

 

si variados son los dones

con los que somos dotados

bueno es el ser acertado

al expresar opiniones;

 

para hablar y hacer contacto

debe mostrarse respeto,

poco sirve ser concreto

si se habla con poco tacto.

 

Por eso es que yo lamento

si yo  no le simpatizo

sin embargo garantizo

no hacer del hecho un tormento;

 

lamento si mis ideas

le parecen algo absurdas

o si en su opinión son burdas

torpes, ilusas o feas;

 

el caso es que yo me apego

al sentir de mi consciencia

asumiendo en consecuencia

ventura o desasosiego;

 

por eso yo no reniego

de mis acciones pasadas

fueran correctas o erradas

su sinceridad no niego,

 

de ideas y de intenciones

hubo algunas acertadas

estas fueron evaluadas

con distintas opiniones;

 

consciente de mis opciones

y de mis capacidades

le dejo mis calidades

y un puño de bendiciones.

 

Lamento si le parezco

empachosa o petulante

quizás en futuro instante

acepte lo que le ofrezco;

 

mas su respeto merezco

aunque yo a usted no le agrade,

que su habla no me degrade

cuando ante usted comparezco.

 

Espero yo no ofenderle

 con esto hasta ahora  dicho

no piense que es mi capricho

molestarle o contraerle;

 

no obstante creo es lo justo

suavizar nuestra aspereza

buscando que la   franqueza

no riña con el buen gusto.

 

Lamento no ser motivo

de su dicha o alegría

más pienso nos convendría

dejar el lenguaje altivo;

 

buscar un modo asertivo

de hacer buena convivencia

para esto basta decencia

y deseo comprensivo;

 

tan solo con voluntad

se aflojan tantas tensiones,

se distienden percepciones

y se vive en libertad.