Darío Ernesto

DISTANCIA

 

Distancia

Entre mis manos y las tuyas, un océano  existe

¡Es que  la bella  juventud, un día me ha dejado!

Decir a  mis pensamientos, en busca del consuelo

Añoré un abrazo, tan solo uno,

Cruzar las manos, las otras manos amigas

Solo, en lo profundo, parado frente  al espejo de mi presente

Como largas son las horas frente al mar, una vez solamente  se vive el momento

Presagiando la vida, pensar en la muerte

Abatida estuvo mi alma.

De lo infinito  y profundo, allá en tu  imagen,

Deslucida la efigie, de los otros que no extendieron sus alas,

deteniendo  sus  palabras

El portento, la voz que anima, que enciende la llama de la vida.

Hoy que tantos  otoños han pasado,

vivo, lloro,  vivir sobreviviendo,

¡Apenada  se encuentra mi alma, por los caminos de la muerte!

En mi zumban cada  día, esas vocecitas de los hijos.

Que  enarbolan, como su bandera de glorias y batallas ganadas,

Moriré, una tarde soleada

O en una noche de lluvias

¿Quien  sabe de los carnales?

Y  entonces  habré sido arrebatado de la vida.

Y a  mis hijos  hoy les dejo mi sangre y la sonrisa,

Eterna y fresca.

 

Darío Ernesto   Muñoz Sosa