El desvelo desgarra el viento, su pelo,
la alquimia muere en sus ojos, nimia,
de yeso sus piernas, de marbre, el sueño,
de Fenicia, Dido avanza celosa, la sitia...
Desquicia los perfumes de Creso, de Lidia,
relevo de oscuras espumas, su vuelo,
la vigilia de las tardes de otoño, la tirria,
de hierro su prohibido reino, sin yelmo...
Rareza de los pontos sin nombre, tristeza,
libre como el estaño de Hispannia, sin liebres,
para la maleza de Dacia la prohibida, receta...
En las cumbres altas es astro blanco, la lumbre,
como sopresa elemento de los Milesios, le rezan
para irse de nuevo trenza su vela , de mimbre...