Héctor(micorazón)

En tu lugar de paz

No necesito más,
después de cada batalla diaria,
que tu lugar de paz,
do mi alma voluntaria,
renace con la fuerza necesaria.

Nada mio poseo,
porque todo es tuyo hasta el alma mía,
pero tengo un deseo,
y es crecer cada día
en humildad y en sabiduría.

Que pronuncien tus labios,
en el despertar de mi corazón,
esos consejos sabios,
y sean mi porción
cada día tú palabra y la oración.