Grande es tu mirada,
y en la profundidad de tus ojos
y en la belleza de tu luz,
yo me pierdo...
Tu boca es sagrada,
en la intensidad de tus besos,
y en la humedad de tus labios frescos,
yo me pierdo...
Tu cabeza es adornada,
con inteligencia y sabiduría.
En tus pensamientos bellos,
en la suavidad de tus pelos
y en mi enredo entre ellos,
yo me pierdo...
En tu ombligo, en tu cintura y en tu espalda,
y entre la sensualidad de tus pechos,
yo me pierdo...
En tus piernas, en tus muslos y en tus nalgas,
y en la eternidad de tus momentos,
en cada muerte que en ti experimento,
cuando mi alma se abraza a tu alma,
yo me pierdo...
Ay, mujer, de nada me arrepiento...
Y discúlpame de este atrevimiento...
Se me va volando alto con la intriga,
se me ha vuelto un 8 el pensamiento,
de saber si yo soy mariposas en tu barriga,
de saber si soy poesía, que va en ti fluyendo...
Si es en ti toda, donde yo me estoy perdiendo,
será en ti, quizás, en donde yo me encuentro...
Y será en ti en donde yo sabré buscarme,
conocerme y encontrarme,
porque sé que es en ti,
en donde yo me pierdo...