Raúl Daniel

Mujer Nueva

Estás ante mí, nívea, sonriente;

me miras directamente a los ojos

desde tu cara radiante, fresca,

de doncella... adolescente.

 

No sabes nada de la vida

y todo te sorprende...

ni idea tienes aún del poder

que sobre mí ejerces

(mi corazón salta

al menor movimiento de tu boca).

 

Tu temblor no me pasa inadvertido,

temes al pensar

que me pondré atrevido...

¡porqué lo quieres!

 

Y lo hago... ¡mi barco cruza el río!,

¡mi quilla golpea la arena de tu costa!

 

Mi mano estiro, mi mano ruda,

mi mano callosa... tosca,

que ahora llega hasta la tuya

... ¡y la toca!

 

Y te dejas vencer... ¡abriéndote toda!,

y, ante mi furia (huracán que barre

las flores y las hojas),

bajo olas tempestuosas,

te transformas ¡en mujer!