Alexander J. Montero

El columpio

Ábreme las alas

de un dormir profundo

y ligero, en un columpiar

a la altura donde ya es pecado llegar

en donde un beso tuyo

se haya ya volado

y entre campanas de silencio

mi piel y mi propio ser

se hayan quebrado

entre tus brazos emplumados

en una hipérbole que anuncia

una alegre mentira,

que entre el llano a contra luz

del propio sol se mece

con el aire en las llamas de la tarde

deja escapar un suspiro de tu boca

que se convierte en beso

y en verso de mi boca,

en un columpio en alturas blasfemas

y con el corazón en una mano

de pronto abro los ojos

y me encuentro con tus ojos

y tu corazón en tu mano.