Manuel de la Paz

Latinoamerica, hija del mundo

De inesperado llegas al mundo, en feroz llanto

Eres hermosa como ninguna,

Esa inocencia e ingenuidad que se aprecia en ti

Pero a tu alrededor ya se rumorea tu destino.

 

 

El tiempo pasa y creces entre rios de sangre y llanto

En los abusos más crueles e inhumanos,

Extrañamente sonries, dando esperanza, dando vida

No puedes ocultarlo, tu cuerpo anhela libertad.

 

 

Has escuchado hablar de la mejor de tus utopías

Y la anhelas con tanto deseo

Que derramas lágrimas teñidas de rojo

¿Por qué a ti? si no le has hecho mal a nadie.

 

 

Abusan de ti como esclava, pero siempre sonríes,

 Sin importar nada, en tu expresión la confianza,

 decides romper los hilos del destino, esas cadenas

 que opacan tu rostro y enmudecen tu  voz

Y gritas al cielo excitando al mundo entero,

 Estremeciendo a los cuatro vientos.

 

 

Y te miran con ojos de odio y envidia

Por ser tan rebelde e irreverente, tan única!

 No entienden como alguien tan caótica 

Puede expresar tanta cálidez y  maternalidad.

 

 

 Te marginan por no ser como los abuelos del mundo

 Te juzgan de impura y embustera,

 Cuando en verdad eres mejor que cualquiera.

 

Pero no te importa siempre sonríes y

 Sigues sonriendo,

Aunque te menoscaben y te marginen.

Y confió en que llegaras a un próspero destino

 

 

Porque yo soy una parte de ti  

Y tú todo lo que yo soy, 

Todo lo que anhelo, todo lo que amo.