Raúl Daniel

No eras tú...

Ayer estuve contigo...

(no eras tú... pero es casi lo mismo).

 

Sus ojos eran negros,

pero tenían el exacto gris

mirar profundo de un abismo

que recuerdo de los tuyos (azulinos).

 

Me escuchaste en ella

como tantas veces, callada y quieta,

casi sin respirar,

impactada por mi alma huracán,

poema, melodía, estrella...

 

Mujer por mujer ¡qué va!

seas o no tú,

lo que me importó fue su actitud

de deslumbrarse, de abrirse a mí

como una flor inmensamente bella

en el placer... que da mi amor.

 

Y supiste disfrutar (también ella)

mi amor (que doy, sin poseer),

mi amor que sabe... solamente dar.